Con la llegada de varios legionarios, la selección toma forma y realiza su primer trabajo en el campo
La mañana estuvo nublada y eran pasadas las ocho de la mañana. El técnico Alexandre Guimaraes llama a los jugadores. Charla un rato con ellos y de inmediato inician los entrenamientos. La selección está de regreso en casa, el estadio Rommel Fernández.
El ambiente era muy diferente a los entrenamientos en el gimnasio. Esta vez sí hubo sabor a fútbol. La grama del Rommel todavía está en buenas condiciones. El estadio está en plena remodelación, pero ya se nota que será un coliseo muy moderno.
"Solo tienen 20 minutos", dice el jefe de prensa de la federación de fútbol, Arturo Bolvarán. Claro, las medidas de seguridad en un coliseo que está en plena reconstrucción son muy importantes.
Al compás del ruido de los martillos y los taladros, los jugadores entrenaron. Corrieron, realizaron ejercicios físicos y lo más importante, se dieron gusto dominando el esférico.
Fue el primer entrenamiento en una cancha, desde que la selección comenzó su preparación hace aproximadamente un mes. La cuenta regresiva para enfrentar a El Salvador en la serie eliminatoria y el largo camino al Mundial Sudáfrica 2010 ha comenzado y en serio.
En las gradas, los trabajadores hacen un alto en sus pesadas labores para ver a la selección y a sus estrellas. A muchos de los jugadores solo los conocen por los diarios o la televisión.
Al igual que el estadio Rommel Fernández, la selección nacional comienza a tomar forma. A los jugadores locales se les sumaron los internacionales Luis Henríquez, del Lech Poznan de Polonia; Blas Pérez, de los Tigres la UANL de México; Gabriel Gómez, del Os Belenenses de Portugal y Anthony Torres, del Saranate de Guatemala.
Ayer en la noche llegó José Luis Garcés del CSKA de Bulgaria y también Alberto Blanco del Junior colombiano.
Aún faltan por integrarse Rolando Escobar, del Tachira de Venezuela; Román Torres, de La Equidad de Colombia; Juan Pérez del Juventude de Brasil; el portero Jaime Penedo del Comunicaciones de Guatemala; Luis Tejada del América de Cali y Víctor Herrera Piggott, quien juega en el fútbol de Puerto Rico.
"Se terminó el tiempo" nos recuerda el jefe de prensa de la federación. Poco a poco, los periodistas abandonan el coliseo. Después de una hora y media de espera, se permite nuevamente el ingreso de los medios.
El primer entrenamiento duró cerca de dos horas y asistieron 17 jugadores. Al final de la agotadora sesión los integrantes de la selección se reúnen. El veterano "Chalate" Torres toma la palabra.
"Chalate" sabe que el éxito de un grupo es la confianza y el respeto. "Eso me ha dado éxito en mi carrera deportiva. El diálogo es bueno. Eso es lo que les da fortaleza a los equipos, ganas de seguir luchando y de lograr los objetivos", asegura Torres.
Luego de varios minutos de conversación, se escucha el grito de guerra ¡Panamá!. El mismo grito que cientos de fanáticos de la llamada "Marea Roja" repetirán una y otra vez el próximo 15 de junio en el estadio Rod Carew, sede del primer partido de eliminatoria.
La selección nacional también debe cumplir una agenda apretada de partidos amistosos. El 1 de junio enfrentarán a Guatemala en Florida y tres días después jugarán en ese mismo escenario. El 7 de junio jugarán frente a Chile, en Santiago.
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